Tengo once años. Me levanto una mañana de domingo y entro en el cuarto de baño, donde mi madre ayuda a mi hermana pequeña a asearse.
Aún con las legañas pegadas, mientras me cuelgan los pies del inodoro, mi madre se gira y me dice: «¿Sabes quién ha muerto?» Tiene cara de estar a punto de darme un notición, y respondo, sin saber qué esperar: «¡¿Quién?!».
«Lady Di.»
Diana Spencer, Diana de Gales, Princesa Diana. Lady Di. Un mismo nombre con varias formas mundialmente conocido. Creo que es equiparable a Coca-Cola, que, por suerte o por desgracia, es un nombre de marca conocida prácticamente en cualquier rincón del planeta.
En 1997, la versión de la historia que yo conocía era el melodrama de la princesa de cuento a la que le engañaron y vivió tan triste que deseó morir. Por supuesto, el culpable fue su marido, el entonces Príncipe Carlos y «la otra», Camilla Parker Bowles – nadie se habría creído que en 2023 serían el rey y reina de Inglaterra.
Pero no todo era blanco o negro y con los años, gracias a mi interés casi obsesivo y a las biografías, me doy cuenta de que había muchas luces y sombras en cada uno de los personajes implicados.
Incluso la misma Diana llegó al compromiso con Carlos con más de un trauma sin resolver que la empujaba a ambicionar una historia de amor sin fundamento.
No puede negarse que al mismo tiempo, su influencia fue real allí donde pisaba. Y que fue capaz de revolucionar a la Casa Real Británica y la Commonwealth acercándose a causas que hasta entonces la realeza jamás había hecho.
Por no hablar del estilo y el icono de moda en el que se convirtió. Algo que, como muchos, siempre he admirado.

¿Has empezado a ver la nueva temporada de The Crown? Me encanta Elizabeth Debicki interpretando a Diana, mucho más que cualquier otra actriz a la que he visto hacerlo hasta la fecha.
Te habrás dado cuenta de que soy una friqui de las cosas british y por supuesto de lo que tiene que ver con la Princesa Diana. (Sorry.) (Not sorry.).
El año pasado Marc me regaló este anillo (1) de Lotus inspirado en el famoso zafiro que Diana eligió como joya de compromiso, y que ahora pertenece a la Princesa de Gales, Kate Middleton.
Otro de sus básicos era el reloj Tank de Cartier (2), que por lo que cuentan, fue un regalo de su padre, el Conde Spencer, por su dieciocho cumpleaños. En este reloj de más de 30.000€ se inspiró Seiko para diseñar un modelo muy similar y algo más asequible. Me parece un regalo ideal para una fanática como yo.
Y aunque marcó tendencia en estilo una y otra vez, mucho más bonito me parece el legado y el ejemplo humanitario que dejó no solo en la sociedad sino en los miembros de la Casa Real que le sobrevivieron.

1- Anillo Silver Pure Essential de Lotus
2- Reloj Cuarzo analógico de Seiko, similar al modelo Tank de Cartier

3. Botas Hunter Original

4. Jersey de algodón «Diana Edition» de Rowing Blazers

5. Vestido de cóctel corto con cuello barco de Ralph Lauren, similar al «vestido de la venganza» de Diana.