El famoso «porridge» (o gachas de avena de toda la vida) se ha convertido en mi desayuno oficial. Aunque u nplato salado es lo que más me gusta, la avena es tan fácil de preparar y tan nutritiva, que rara vez me lo pienso dos veces.
Además, es un cereal buenísimo para nuestro intestino y nuestra piel. Aporta hierro, calcio, zinc, sílice y vitaminas del grupo B, y una dosis de fibra ideal para mantener todo en marcha 😉 ¡Por no hablar de lo saciante que es!
RECETA
- 1/4 de taza de copos de avena finos, suaves (aprox. 50 – 70gr)
- 1 taza de leche vegetal (a mí me gusta cómo queda con la de almendras)
- 1/2 cucharadita de canela en polvo
- Cacao puro sin azúcar en polvo
- Rodajas de plátano
- Nueces picadas
- Crema de cacahuetes (si es 100% sólo cacahuetes mucho mejor)
- Calentar a fuego lento la leche vegetal junto con los copos de avena y media cucharadita de canela.
- Tras unos 7 minutos (cuando hace el amago de hervir), retirar del fuego y servir con las rodajas de plátano, las nueces y espolvorando el cacao. Para un plus, añade una cucharadita de crema de cacahuetes.
¿Cómo puede algo tan sencillo ser tan nutritivo? Si pensabas que la avena era aburrida, la canela y el cacao le aportarán un sabor cálido y especiado que te hará cambiar de opinión. Y que no te den miedo las calorías de la crema de cacahuetes y las nueces, porque éstas vienen cargadas de nutrientes. Espectacular. ¡Cuéntame si lo pruebas!
